Castillo de Dosquers
La gran fortaleza de Dosquers, o dos rocas, que se cita en el testamento del Obispo de Gerona, Guillerm de Cabanelles en 1245. Siempre fue una señal de soberanía de los obispos gerundenses, sobre todo durante la Edad Media y con respecto al condado de Besalú y del monasterio de Banyoles. Perteneció a la Mitra de Gerona hasta el siglo XIX.
Era mandado por un alcalde que nombraba el Obispo, el alcalde impartía justicia, controlaba los caminos y recogía las tasas tributarias en los pueblos en nombre del Obispo y del monasterio de Banyoles y de los condes de Besalú, en las masías de Dosquers, Crespiá y Pedrinyá. La fortaleza era clave para mantener el control feudal y la protección del Obispado de Gerona en estas tierras.
En documentos medievales el Obispo ordena al alcalde que informe a los vecinos que deben refugiarse en el castillo para protegerse de tropas mercenarias que contrataban reyes y nobles. De hecho, se documenta por primera vez en el 1206, como la iglesia parroquial de Dosquers. En 1245 el Obispo de Cabanelles dejó entre sus posesiones a dicha fortaleza, entre otras propiedades.
Pero, el Ayuntamiento de Maiá de Montcal inició una investigación para saber quién era el propietario de esta fortificación con un muro de ocho metros de alto y más de un metro de espesor, algunas fuentes le atribuyen la propiedad, pero no se ha hecho nada al respecto y ahora se encuentra medio olvidado entre la frontera de los condados de Besalú y Empúries.